
Existen muchos tipos de masaje dependiendo de la patología a tratar y del paciente, así distinguimos:
-Masaje clásico terapéutico: tiene la finalidad de actuar sobre el aparato locomotor (músculos, tendones, cápsulas sinoviales, periostio, huesos) la piel y los tejidos conjuntivos y es particularmente eficaz a la hora de curar los síntomas del estrés, el insomnio, las depresiones y las enfermedades del aparato circulatorio, dolores musculares, de las articulaciones, del reuma entre otros.
-Masaje transverso profundo o cyriax: el objetivo principal de este tipo específico de masaje es producir una respuesta inflamatoria controlada cerca de las articulaciones donde los tendones y los ligamentos se insertan.
Pretende realizar una movilización tal, que los estiramientos pasivos o los ejercicios activos no logran conseguir.
El propósito del masaje transverso profundo de cyriax es ablandar la matriz fundamental o introducir pequeñas inflamaciones que activen la restauración del tejido conectivo.
-Drenaje venoso
-Drenaje linfático: se realiza con el fin de drenar o desplazar la linfa que por cualquier causa patológica se encuentra estancada a territorios linfáticos sanos para su evacuación normal hacia el torrente venoso.
-Masaje de tejido conjuntivo
-Masaje en el niño: estimula el sistema nervioso central, impulsando el desarrollo de los sentidos, de la psicomotricidad y de las conexiones neuronales, así como el sistema inmunológico al incrementar las células de defensa que destruyen microorganismos en procesos infecciosos.
Ayuda a regular las funciones gastrointestinales, solucionando las molestias causadas por los cólicos, los gases y el estreñimiento.
Fomenta la relajación del niño, reduciendo su estrés diario y favoreciendo el sueño.
-Masaje deportivo: está encaminado a preparar la actividad física intensa, para evitar espasmos musculares u otras lesiones deportivas, así como para eliminar toxinas y relajar tras la actividad deportiva.